La infidelidad no es sólo una cuestión de pareja sino que se puede dar en todo tipo de relaciones.
Podemos ser infieles a muchas personas, incluidos a nosotros mismos:
- El hijo puede traicionar a sus padres mintiendo.
- Una amiga puede traicionar a otra negándose a ayudarla.
- Una persona puede traicionarse a sí misma tomando una mala decisión.
- Etc
Sentirse engañados, traicionados, es uno de los motivos por los cuales la gente acude con frecuencia a un psicólogo. Sin embargo, la traición no sólo genera malestar en la persona que la sufre sino también en aquella que la ha cometido. No es inusual que víctima y verdugo vengan de la mano a terapia.
Hablar sobre las emociones de cada uno es una forma de conseguir pasar de una relación basada en el ataque y la defensa a otra basada en el entendimiento mutuo. Si conseguimos que entiendan y acepten los sentimientos del otro ya tenemos media terapia ganada.
Una forma especial de traición es la traición hacia uno mismo: el rencor y la culpa se dan de manera simultánea en una misma persona. En estos casos el reto es aún mayor porque víctima y verdugo no se pueden separar.
Si estas en uno de estos casos y crees que necesitas ayuda…
Cita previa: 981 56 49 40.