El Síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que afecta al funcionamiento social, a la comunicación y el lenguaje, a la capacidad motora y a las actividades e intereses del individuo que lo sufre, pese a que la inteligencia es normal (e incluso por encima de la media).
El Síndrome de Asperger afecta a entre 3 y 7 de cada 1000 niños (de 7 a 16 años) y se dan más casos en niños que en niñas. La presencia de una inteligencia media (alta) puede provocar que se infravaloren las dificultades y limitaciones que presentan los individuos que sufren este trastorno.
Poseer un CI (cociente intelectual) alto no es garantía de una vida satisfactoria, ya que la inteligencia emocional y social es importante para conseguir el éxito personal, académico y profesional y es fundamental para desarrollar capacidades como la empatía, el juicio social, el sentido común o la capacidad para negociar.
Existen muchas conductas que pueden indicar la presencia del Síndrome de Asperger. De manera resumida, a continuación se muestran 10 señales características de este trastorno:
- Dificultades para la interacción social y relaciones sociales limitadas
- Falta de empatía con las demás personas
- Dificultad para entender y comprender el mundo que les rodea y las emociones de los demás
- Pueden reaccionar molestos ante determinados estímulos externos: ruidos, imágenes, luz…
- Pueden mostrar retraso motor y torpeza en sus movimientos
- Intereses y actividades restringidas, rígidas, sistemáticas y repetitivas
- Conductas excéntricas o poco habituales
- No suelen mirar a los ojos cuando te habla
- Hablan mucho, en un tono alto y peculiar, y usan un lenguaje pedante, extremadamente formal y con un extenso vocabulario
- Inventan palabras o expresiones idiosincrásicas
- En ocasiones parecen estar ausentes, absortos en sus pensamientos